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Extrovertidos vs Introvertidos. ¿Alguno es mejor?.

Como bien expresa Susan Cain, en su excelente libro “El poder de los introvertidos”, nuestra sociedad occidental prioriza a las personas extrovertidas, poniéndolas de modelo y pidiéndonos que todos expresemos nuestras ideas, seamos abiertos y hablemos en público sin ningún temor, somo si fuera la extroversión un talento innegable que todos debemos poseer.

Cain desmitifica esta orientación con excelentes ejemplos y con estudios muy rigurosos. Uno de ellos, realizado por Adam Grant, profesor de la Wharton School en colaboración con profesores de otras escuelas de negocios americanas, comprobó que no solo los líderes extrovertidos lograban resultados importantes, sino que en realidad ocurre que los jefes extrovertidos mejoran el rendimiento del grupo cuando está conformado por empleados pasivos, en tanto que los introvertidos son más eficaces con los subordinados activos.

Pero de dónde sale esta clasificación?. Williams James, había llamado la atención sobre la diferencia que existía entre los individuos “de mente resistente” y los “de mente sensible”; los que miran hacia afuera y los que miran hacia adentro. Posteriormente Hans Jürgen Eysenck
hipotetizó que la extraversión-introversión es una cuestión de equilibrio entre “inhibición” y “excitación”. Para él, Las personas extrovertidas se caracterizan por la sociabilidad, la necesidad de excitación y cambio, actuar en el momento, y son por lo general impulsivas. Las personas introvertidas prefieren las actividades a solas que con la gente, como las actividades intelectuales o los libros. Tienden a planear las cosas y desconfían de los impulsos. Se toman seriamente sus actividades, les gusta llevar una vida ordenada y sus sentimientos suelen estar bajo su control.
Quizá la mejor distinción del tema que nos atañe, proviene de Carl Gustav Jung, un psicoanalista disidente con ideas propias, que en su teoría de los Tipos Psicológicos, y los define como unas orientaciones predominantes de las personas en relación energías psíquicas: orientación al mundo subjetivo (Introversión) y orientación al exterior (Extroversión).
Isabel Myers y su madre, Katharine Cook Briggs desarrollaron sobre las teorías jungianas uno de los cuestionarios más populares en lo personal y lo laboral, el Test MBTI, que determina, entre otras cosas, si una persona es extrovertida o introvertida. Trabajando con sus ideas, relacionada nuevamente con la forma en que dirigimos la energía, podemos decir que:
Los Extrovertidos obtienen energía del mundo exterior, de la gente y de las experiencias y se orientan a la acción. Pero tienen el peligro de ser muy apresurados, o hablar demasiado o de más o hacer la cosas sin pensar.
Los Introvertidos obtienen energía de su mundo interior, de sus reflexiones y pensamientos y se orientan a la reflexión. Pero tienen el peligro de no ser muy comunicativo, detenerse demasiado a pensar y tener poca tolerancia a las interrupciones.
El lector mismo podrá ir sacando conclusiones de su propia orientación. Sin embargo, desde la teoría de Jung, se considera que si bien estas tendencias ya están configuradas y arraigadas de muchas maneras, es convienente, una vez identificado su tipo, tener la valentía y la fortaleza de poder recorrer el polo opuesto, lo que da una perspectiva mucho más amplia de la vida y las cosas. Esto, sin embargo no es nada fácil y la comprobación de tal hecho viene de la neurociencia que establece que en los extrovertidos, el lado derecho de la amígdala es claramente más grande así como también la corteza cingulada. La amígdala se relaciona con las respuestas y el aprendizaje emocional. Si los introvertidos tienen una mejor memoria para los hechos, los extrovertidos tienen mayor facilidad para recordar cosas visuales, como por ejemplo caras, ya que prestan mayor atención a lo externo que a lo interno.
Cada tipo, tiene sus aspectos positivos y negativos, pero coincidiendo con la idea de Cain, les dejo esta frase de Anaïs Nin, citada por ella en su libro:” Nuestra cultura hizo virtud de vivir solo como extrovertidos. Desalentamos todo viaje interior, la búsqueda del centro. Hemos perdido el centro, y tenemos que volver a encontrarlo”.

Ricardo Sarain

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