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¿Qué he de hacer con mis emociones?

Las emociones son estados intensos y temporarios que activan elementos fí012-editorial-collection-john-holcroftsicos y psicológicos. Las emociones tienen su origen en la Amígdala, que pertenece al Sistema Límbico, la parte no racional del cerebro y generalmente de respuesta automática lo cual muchas veces (en situaciones donde es necesario actuar rápido) nos suelen salvar pero en otras (donde no hay que responder) nos suelen meter en problemas. Muchas veces las emociones son inconscientes. Nos aparecen y nos dejan en mala posición y no sabemos por qué. Y como siempre, las emociones ganan al cerebro racional y no podemos sino experimentarlas.

El lado feliz de la vida no proviene de la represión o supresión de las emociones, sino de su adecuación. Para ello se utiliza la técnica de la NORMALIZACION, que consiste en poner la emoción en su lugar, sin darle espacio para el desborde.
El segundo paso tiene que ver con el RECONOCIMIENTO de la misma, su aceptación y su origen
El tercero, proviene de la técnica de Mindfulness, y consiste en la ACEPTACION de la emoción, como un camino en el cual no puedo negarla, sino acogerla bajo la pauta de que YO no soy MIS EMOCIONES, sino un ser que puede controlarlas y expresarlas. Al respecto, Daniel Goleman, desde la Inteligencia Emocional, es categórico al afirmar que tener personas a quien contarles nuestras dificultades es un índice de salud y a la vez un camino a seguir. Expresar las emociones ante otros ayuda a identificar, clarificar, desahogar, neutralizar y re-interpretar las emociones.
Debe quedar claro que las emociones advienen tanto por estímulos externos como internos (recuerdos, pensamientos) y que las mismas involucran la segregación de hormonas que las hace más difíciles de controlar. Una persona no puede calmarse cuando está inundada de hormonas de estrés, pero si hay que saber que EN ALGUN MOMENTO esa persona podrá controlar sus emociones si es que se lo propone.
El problema de las emociones es que su recurrencia y aparición suele ir aparejada al estilo de personalidad. Hay personas tipo A, que suelen ser más propensas al estrés y personas Tipo B, que suelen tener mayor capacidad para la expresión emocional.
Desde la Psicología consideramos que las personas PUEDEN cambiar sus estilos o patrones de actuación y expresión, siempre y cuando trabajen en ello. La decisión de mantener un patrón, pauta o estilo de conducta o accionar siempre se relaciona por un lado con la UTILIDAD el mismo y por otro lado con la IDENTIDAD y VALORES de la persona. No puede haber incongruencia entre estos ámbitos.
A la pregunta qué he de hacer con mis emociones, se le puede ensayar las siguientes respuestas:
EXPRESARLAS, ACEPTARLAS, INTEGRARLAS, verificar su UTILIDAD y su COHERENCIA y si las mismas son inadecuadas CAMBIARLAS.
No digo que sea fácil, pero sí vale la pena tener en claro que una emoción perjudicial genera respuestas en nuestro organismo, daña órganos cuando es repetitiva y, finalmente, nos trae problemas en el ambiente y en nuestra propia persona.
Carl Jung considera que la salud de una persona radica en su plasticidad de respuesta. Esto es si tengo una tendencia, por ejemplo a ser EXTROVERTIDO, animarme a trabajar en la tendencia opuesta, que sería ser INTROVERTIDO, pudiendo recorrer ambas y obteniendo lo mejor de ambos mundos. A menor rango de respuestas (pensar, sentir o actuar solo de UNA MANERA), menor posibilidad de salud psicológica. A mayor rango de respuestas, mayor ganancia, mayor salud y menos posibilidades de ser tomado como rehén por las propias emociones.

Ricardo Sarain

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